El inicio de nuestra Semana Santa: Viernes de Dolores


Todas las miradas estaban puestas en este día, viernes 18 de marzo. Era el comienzo de nuestra semana de pasión, el momento que llevábamos esperando pacientemente.
La Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús del Amor esperaba a las puertas de la Iglesia de San Pedro para recibir a su querida Madre. La emoción sobrecogía a cada uno de los integrantes y los nervios apenas se podían contener. Nuestra Señora de los Dolores acudió a la llamada de sus fieles bajo el Himno Nacional, y se abrió paso hacia la Calle Mayor, acogida por los sones de Madre del Dolor, marcha dedicada en su honor, estrenada el pasado año. Así, la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores y Santísimo Cristo de la Piedad inauguró la Semana Santa 2016.

El tiempo acompañó durante toda la noche. Las calles se impregnaron de incienso, solemnidad, vehemencia y respeto. El dolor de la Madre era aplacado por el cariño que recibía de sus devotos, la fuerza que le transmitían sus estantes, y el amor con que le arropaba nuestra música.
Abandonó la Calle Mayor acompañada de la marcha Latidos de Amor, interpretada por vez primera en una estación de penitencia, y encauzó la Calle de los Pasos, para continuar por la Calle de la Cruz con un repertorio con tintes propios. La adoración a la Madre no tenía fin. Todos querían acompañarla, calmar su llanto y apaciguar su sufrimiento, pues no hay nada más grande que el amor que siente una madre por un hijo.

El Amor de Alhama continuó armonizando el paso de su Señora, por las Calles Tropel, Plaza Juan XXIII y Ruiz Carrillo, hasta volver de nuevo, por la Calle Mayor, a la iglesia de San Pedro. Era la recta final, el momento en que la Madre tendría que volver de nuevo a sus aposentos, para descansar hasta el año que viene. Una enorme multitud de feligreses esperaban en la plaza a la llegada de Nuestra Señora de los Dolores, que finalizaba su penitencia a los sones de Virgen de las Angustias y La Salve. El silencio cesó, presa de una arrebatadora acogida de aplausos dedicados a la Madre, que aunque ya estaba en casa, seguirá acompañándonos en el recuerdo, hasta nuestro próximo encuentro. Hasta entonces, le pedimos que nos ampare bajo su regazo y que cuide de nuestro querido presidente Andrés García, siendo bastante difícil su ausencia en nuestra Semana Santa.

Crónica: Eloy Cerón García, componente desde 2013/2014